A pesar de los avances del Acuerdo de Paz en temas como la reincorporación, la consolidación de proyectos productivos y la participación política, el asesinato de firmantes de paz no cesa. La violencia en su contra tiene una raíz que, a simple vista, parece inofensiva: la estigmatización. Para hacer frente a este fenómeno, nace esta apuesta de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización.

El proceso de reincorporación de las y los firmantes de paz es, de lejos, uno de principales hitos de la implementación del Acuerdo Final de 2016. 11.531 personas, de las 14.150 que dejaron las armas, se mantienen en su tránsito hacia la vida civil. Desde hace casi ocho años se han capacitado, han creado proyectos productivos, trabajado el campo y han abierto paso a nuevas realidades en los territorios más afectados por el conflicto armado.

Pese a esto, ese camino ha estado minado y seriamente afectado por imaginarios que se resisten a desaparecer de la opinión pública: que los firmantes siguen delinquiendo, que apoyarles representa una traición a las víctimas, que no quieren trabajar y mucho menos construir paz.

Bajo este contexto nace la campaña ‘Mirémonos de cerca’, de la Agencia para la Reincorporación y Normalización, que expone las múltiples consecuencias de la estigmatización, entre ellas, la muerte, que no solo se reduce al asesinato de quienes dejaron las armas, sino también, la de sus iniciativas, los intentos de reparación, y por supuesto, la esperanza de la consolidación del Acuerdo Final de Paz.

Ningún cambio en Colombia será posible si no entendemos que sí hay apuestas reales de transformación, que ocurren cada día, con pequeñas conversaciones, con acciones de reparación, con verdad, con emprendimientos. Pero para verlas es necesario el reconocimiento del otro, conocer las nuevas apuestas y de creer que las heridas y la desconfianza que quedan como rezagos del conflicto, se pueden superar.

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