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Imagen de personaje de persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona que pertenece a un grupo armado
Imagen de una persona de la sociedad
Imagen de una persona trabajadora
Imagen de una persona que se graduó
Imagen de una persona con un documento de identidad
Imagen de la bandera de Colombia

Te has preguntado ¿por qué en tu país, Colombia, se habla tanto de paz y de guerra?

 

Durante muchos años, en Colombia han existido diferencias entre las personas que viven en el campo y las que viven en las ciudades. Algunas personas no han tenido las mismas oportunidades que otras, y esto ha causado problemas, especialmente por el uso y la posesión de la tierra. Por estas razones, se formaron grupos armados que se enfrentaban entre sí. Algunos eran guerrillas, otros paramilitares y también había bandas que cometían delitos. Estos conflictos han hecho mucho daño: muchas personas han tenido que irse de sus casas, han perdido a sus seres queridos y la naturaleza también ha sido afectada. Muchas familias se han visto obligadas a dejar sus pueblos y mudarse a ciudades grandes para estar más seguras. Pero allí también enfrentan dificultades, porque es complicado encontrar trabajo o una nueva casa, y necesitan apoyo para volver a empezar. Para cambiar esta situación, el gobierno colombiano ha trabajado en buscar la paz. Ha invitado a los miembros de estos grupos armados a dejar las armas y a vivir en paz, como cualquier otro ciudadano. A través de acuerdos, se ha buscado que estas personas regresen a la vida civil, cuenten la verdad de lo que pasó, ayuden a reparar el daño y se comprometan a no repetir la violencia. En los últimos 20 años podemos reconocer los grandes esfuerzos por establecer acuerdos entre los grupos más grandes y con mayor incidencia en el conflicto en Colombia. El primero se dio en el año 2003 con la firma del Acuerdo en Santa Fé de Ralito en el que los Grupos Paramilitares se comprometen a dejar las armas y desmovilizarse, para este acuerdo más de 36 mil personas comenzaron un proceso para reintegrarse a la sociedad. Luego, en 2016, se firmó un nuevo acuerdo con las FARC, uno de los grupos armados más grandes. Este acuerdo ayudó a que más de 14 mil excombatientes dejaran las armas y empezaran una nueva vida junto a sus familias. Posteriormente en el año 2016 se firmó el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, con las FARC-EP este acuerdo estableció un cese al fuego bilateral, la dejación de armas por parte de las FARC-EP, y un plan para la reincorporación para más de 14mil excombatientes a la vida civil. Adicionalmente se pactan consensos frente a los mecanismos de justicia y reparación con víctimas del conflicto, así como el impulso de una reforma rural que permita disminuir las desigualdades sociales en los territorios que han sido más afectados por la guerra. Derivado del Acuerdo Final de Paz y para promover la justicia transicional restaurativa se creó un proceso de acompañamiento a los miembros de la Fuerza Pública que comparecen ante la Jurisdicción Especial de Paz, buscando garantizar los derechos de las víctimas, promover la verdad, la reparación y la no repetición. En total, más de 77 mil personas en Colombia han decidido dejar la violencia atrás y construir un futuro en paz. Hoy viven en ciudades, pueblos y también en sus territorios ancestrales, trabajando para que Colombia sea un país sin guerra, donde todos podamos vivir tranquilos y felices. También se han establecido espacios de diálogo, para acercarse a los comparecientes y entender sus necesidades específicas. Este enfoque busca no solo apoyar a los miembros de la Fuerza Pública, sino también garantizar la dignidad y los derechos de las víctimas del conflicto armado.

 

Muchos han tenido que dejar de vivir en sus pueblos e irse a las ciudades más grandes, para protegerse de la violencia, así el campo se está quedando solo y la pobreza en las ciudades crece, porque no es fácil que estas personas consigan un trabajo.

Pero, así como has escuchado hablar de guerra, de muerte y de cosas malas, en el país también se habla de paz. Desde hace muchos años, Colombia ha intentado solucionar el problema que hay con los paramilitares y la guerrilla; y ha hecho acuerdos para que ellos dejen en el pasado las armas y los combates.

 

Son más de 74 mil personas las que han dejado las armas en Colombia. Regresaron con sus familias y hoy, como cualquier otro colombiano, viven en las principales ciudades y municipios. Trabajan, estudian, son vecinos, compañeros, hermanos, padres, madres y amigos. Ellos están construyendo una vida en la legalidad.

¿Quieres saber cómo empezó todo?

Colombia, la guerra y la paz

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