Convencido de los regalos que la vida le ha dado desde que decidió dejar el grupo armado, Rafael David Tapia asegura que no volvería a los caminos de la ilegalidad. Sus días hoy los pasa atendiendo su miscelánea, o cacharrería como él le dice; junto con su esposa y sus tres pequeños que cuando no están en el colegio revolotean por el lugar.
La tienda la montó en la parte delantera de su casa, una vivienda de una planta en el barrio Ondas del Caribe de Santa Marta, que fue construyendo de a poco; y que tiene el orgullo de decir que es suya. A la cacharrería le puso el nombre de Beraca, igual que el valle de las bendiciones descrito en la Biblia.
"Este negocio para mí es una bendición de Dios", dice Rafael David. Su emprendimiento comenzó como una tienda de víveres y abarrotes, luego se transformó en una ferretería en la que despachaba cemento; y finalmente, luego de sondear mejor el mercado, encontró en los artículos de miscelánea las mejores ganancias.
"Lo que más se vende son minutos para llamar a celular. Después todo lo que son baldes, tanques, pocillos, escobas, cepillos, tazas, balones y variedades. El negocio se mueve bien, la verdad", dice.
Su proceso de reintegración con la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) lo terminó en 2016. Cuando completó los diferentes componentes de su ruta de reintegración, y finalmente recibió el diploma y acto administrativo que acreditan esos logros.
Asegura que con la reintegración pasó a ser otra persona. "Ahora tengo mi familia, y nuevos planes en mi cabeza. Siento que las cosas viejas ya pasaron, y estoy convencido de que uno puede cambiar si se lo propone".
A futuro espera poder seguir ampliando su negocio, mejorar el surtido y construir una segunda planta en su vivienda. Su mayor anhelo es que sus hijos sean profesionales.
Los nuevos empresarios del Magdalena
En el departamento, 939 reintegrados han recibido un Beneficio de Inserción Económica por parte de la ACR; que se traduce en un capital semilla para comenzar un nuevo negocio o fortalecer alguno existente. Tiendas de abarrotes, talleres de mecánica y soldadura, zapaterías, pescaderías, lavanderías, distribuidoras de carnes frías, refresquerías, ventas de pasa bocas, marraneras, cría de carneros, estanques piscícolas, tiendas de ropa y peluquerías son algunos de los emprendimientos de las personas que abandonaron los grupos armados y se reintegraron a la legalidad.