Un diplomado en participación ciudadana, incidencia y control social y otro en sistema electoral colombiano, marketing y liderazgo político reunió en salones de clases de 16 departamentos del país a cerca de 400 firmantes del Acuerdo de Paz.
Este fin de semana, los 200 estudiantes del segundo ciclo concluyeron su proceso formativo y recibieron el diploma de la Escuela de Participación Política y Ciudadana, una iniciativa de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), en convenio con la Universidad de Antioquia, para brindar herramientas de participación política y ciudadana a quienes firmaron el Acuerdo de Paz en 2016.
El proceso contempló dos ciclos de formación de tres meses cada uno, que se dieron en Florencia, Montería, Mutatá, Cali, Bogotá, Carmen de Bolívar, Bucaramanga, Barranquilla, Villavicencio, Pasto, Neiva, Sincelejo, Puerto Asís, entre otros municipios.
La iniciativa del proceso académico busca fortalecer la formación política de firmantes del Acuerdo, no solo como un componente técnico, sino como una garantía de no repetición y una condición para una democracia más robusta, plural e incluyente.
“En este diplomado nos dieron muchas herramientas que no conocíamos, por ejemplo, cómo hacer una veeduría ciudadana ante las alcaldías o las gobernaciones o cuáles son las herramientas que tenemos para presentar ante un proyecto que esté mal coordinado”, contó Ahidinever Silva Rayo, firmante de paz y recién graduado del diplomado.
Elis Yojana Torres, firmante que se graduó en Carmen de Bolívar, sostuvo que lo que aprendió sobre el control social servirá “para sacar adelante nuestras comunidades y transmitirles nuestros conocimientos a las demás personas que no son firmantes”.
En el primer ciclo –que concluyó en marzo pasado– se graduaron 216 personas y en el segundo, que terminó este fin de semana, fueron otros a 200 firmantes, lo que refleja el interés y compromiso de los firmantes con el ejercicio democrático.
El Acuerdo de Paz dejó claro que la participación política es clave para transformar los territorios y cerrar las brechas que alimentaron el conflicto armado. Hoy, la reincorporación política no solo fortalece el liderazgo local, sino que ofrece alternativas reales de representación, promueve el control social y contribuye a una cultura política libre de estigmatización.