Un total de 3.010 mujeres que firmaron el Acuerdo de Paz son hoy líderes en sus comunidades, trabajan en proyectos productivos individuales y colectivos y con su trabajo diario avanzan en la autonomía económica, que les permite no solo generar recursos económicos, sino tener control sobre su vida personal y familiar.
Las mujeres firmantes representan el 27% del total de personas en proceso de reincorporación. De las 3.010, 2.765 han recibido desembolsos para el desarrollo de proyectos productivos en modalidades colectivas e individuales en renglones de la economía como el agrícola (123 proyectos), comercio (534 proyectos), industrial (91 proyectos), pecuario (727 proyectos) y servicios (154 proyectos).
Estos proyectos han contado con una inversión total de $19.934 millones provenientes del Presupuesto General de la Nación. Además, 20 iniciativas productivas colectivas lideradas por mujeres han ingresado a la Estrategia de Sostenibilidad con planes de fortalecimiento y recursos asignados para garantizar su continuidad.
Adicional a esto, las firmantes de paz lideran o participan de iniciativas políticas, económicas, sociales y comunitarias en distintos territorios del país. Su trabajo es clave para la consolidación de la paz y el desarrollo social y económico en las regiones.
Pese a estos avances, las mujeres firmantes del Acuerdo de Paz siguen enfrentando retos estructurales en su proceso de reincorporación: aún existen barreras para la consolidación de sus proyectos productivos y el acceso a empleo digno debido a la estigmatización y los roles de género. También luchan por el acceso a crédito y tierra: la falta de garantías para financiamiento y propiedad limita el crecimiento de sus iniciativas económicas. Y la sobrecarga de labores de cuidado y la discriminación en el mercado laboral dificultan su independencia financiera.
En palabras de Alejandra Miller, directora de la ARN:
“Queremos resaltar el papel de las mujeres firmantes de paz quienes en medio de enormes dificultades y de retos siguen avanzando en los procesos de construcción, de cambio, de paz. Estos retos y dificultades están asociados a la recarga del trabajo del cuidado, a las dificultades en el acceso al empleo. Desde la ARN seguimos trabajando para que las mujeres firmantes del acuerdo fortalezcan su liderazgo y que la autonomía económica sea una herramienta para transformar los ciclos de violencia”.
En una fecha como esta, la ARN renueva su compromiso de acompañarlas en sus desafíos y en seguir apoyando su tránsito a la vida civil, entendiendo que la no repetición del conflicto solo es posible a través de más derechos y oportunidades para las mujeres.