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“Sí, soy Mari”

“Sí, soy Mari”

Después de comprobar las identidades y recibir la voluntad de restablecer la comunicación de ambas partes de la familia,  la ARN y la Unidad de Búsqueda, junto con la Corporación Humanitaria Reencuentros, facilitaron que la firmante de paz con sus dos pequeñas hijas se vieran con su familia luego de 31 años de desaparición.

Pasto , 12/07/2025

Mari esperó a que todo estuviera en silencio para salir de casa sin que su familia lo notara. Atrás quedó su vereda Las Palmas, un asentamiento rural en el municipio de Tangua, en Nariño. Hasta ese momento, nadie sabía que ella se vinculó a un grupo armado que operaba en la zona. Eran los años 90, una época en la que el conflicto armado cobraba fuerza en el sur del país.


Su familia, su escuela y aquella finca con sembradíos de papa y repollo que le ayudaba a cuidar a su papá, hoy hacen parte de sus difusos recuerdos. Mari Catalina Flórez vivió 20 años de su vida en el grupo armado y los dedicó a recorrer las montañas del sur de Colombia.


Gracias a la firma del proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC – EP, Mari dejó las armas y empezó su transición hacia la vida civil. Mientras tanto, sus padres y hermanos seguían preguntándose por ella, por su ‘Negra’.


En este camino de ausencia, la familia de Mari tuvo que desplazarse a causa de la violencia hacia otra vereda cercana a Pasto. En este lugar y por intermedio de la Asociación de Víctimas por la Paz y el Desarrollo (Asvipad), conocieron la existencia de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). A través de esta organización, su hermana Patricia presentó una solicitud de búsqueda en el año 2023. En ese mismo año Mari Catalina, ya en el proceso de reincorporación con la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), se acercó a la UBPD en Putumayo para solicitar la búsqueda de su familia. Es decir, se buscaban entre sí, pero no lo sabían.


La identificación y el reencuentro

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El 4 de abril de 2025 en un diálogo colectivo con firmantes de paz aportantes (que entregan información o colaboran en la búsqueda de personas desaparecidas por el conflicto armado) de los frentes 2 y 48 de las extintas FARC – EP, realizado en Nariño y apoyado por la Corporación Humanitaria Reencuentros, se indagó por Mari Catalina Flórez. En el espacio se relataron las circunstancias de su desaparición y se mostró una fotografía suya que su hermana había entregado previamente. En ese momento, los aportantes manifestaron: “¡Ella está viva!”.


Horas más tarde, esa información permitió que el equipo de la UBPD Nariño hiciera el primer contacto con Mari Catalina para corroborar la información recibida. Al otro lado del teléfono se escuchó: “Sí, soy Mari, la misma Mari”. En ese diálogo, se realizó un proceso de identificación familiar y se le compartieron las fotografías que hacen parte de la investigación humanitaria y extrajudicial. Ella se reconoció a sí misma y a su familia a través de las imágenes detenidas en el tiempo.


Luego de testimonios, llamadas y fotografías se comenzó a planear la reunificación familiar y se realizó un primer encuentro virtual entre la familia y Mari Catalina, con el acompañamiento psicosocial de la ARN.


Después de comprobar las identidades y recibir la voluntad de restablecer la comunicación de ambas partes de la familia, se acordó el encuentro. Los equipos de trabajo de la ARN y la Unidad de Búsqueda, junto con la Corporación Humanitaria Reencuentros, facilitaron el restablecimiento de contacto entre Mari, sus dos pequeñas hijas y su familia luego de 31 años de desaparición. “¡La hemos encontrado viva!” dijo la señora Dolores, madre de Mari Catalina, quien a sus 86 años la volvió a abrazar.​


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