En los resguardos Indígenas de Riosucio (Caldas), la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo del socio implementador Fundación para el Desarrollo de Risaralda (FUNDERIS), se promueven procesos de reconciliación para la re-dignificación del territorio.
En el marco de la implementación del Modelo de Reintegración Comunitaria (MRC) que lidera la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) con apoyo del Programa de Reintegración y Prevención del Reclutamiento (RPR) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los Resguardos Indígenas Nuestra señora Candelaria de La Montaña, Cañamomo y Lomaprieta, realizaron encuentro espiritual con el objetivo de abrir un espacio de sanación y reconstrucción de la memoria, en donde participaron autoridades de los resguardos, víctimas del conflicto armado, excombatientes y comunidad en general.
"En Riosucio, no sólo estamos hablando de una comunidad con un enfoque étnico, sino también, una comunidad en donde confluye población en proceso de reincorporación y víctimas del conflicto afectadas directamente por la presencia de estos grupos. Es así, como llegamos a través de esta intervención comunitaria, a generar diálogos y acercamientos donde víctimas y excombatientes se pueden ver, hablar y reconstruir la memoria y donde se ha empezado a sanar un poco el dolor. A través de estos espacios con los médicos tradicionales, las autoridades y la comunidad en general del resguardo, empezamos a construir un nuevo resguardo desde la paz y la reconciliación" explicó Carlos Ariel Soto Rangel, coordinador de la ARN Eje Cafetero.
El Cerro San Juan en la comunidad de Alto Medina y La Rueda en la comunidad de Cañamomo, fueron los recintos sagrados escogidos para el ritual, donde se dio un acercamiento a la cultura a través del conocimiento ancestral impartido por los médicos tradicionales y el diálogo entre víctimas y ex combatientes.
Camila Sabogal, gerente de reintegración comunitaria del programa de Reintegración y Prevención del Reclutamiento de la OIM expresó que "esta experiencia con los resguardos indígenas en Riosucio, da cuenta del papel significativo que tienen las comunidades en la construcción de paz. Para lograr esto, ha sido fundamental que entre los diversos actores sumemos esfuerzos desde la materialización de un enfoque diferencial, que reconozca como principio básico la garantía de los derechos colectivos de los grupos étnicos; de este modo, podemos decir que el respeto al territorio, a las distintas formas organizativas y a la identidad cultural se constituyen en medios para lograr la efectiva inclusión de excombatientes en sus comunidades de origen".
Durante la jornada, las víctimas compartieron su historia y recordaron a aquellas personas que les arrebato el conflicto. Por su parte, los ex combatientes presentes aportaron a la reconstrucción de la memoria y pidieron perdón.
Luís Aníbal Guerrero, Médico tradicional del resguardo de Cañamomo resaltó que "la reconciliación es el renacer de una fuerza y de una lucha a través de la libertad. Que las fuerzas espirituales de aquellos que no están nos reagrupen para que seamos uno solo para seguir luchando y seguir la defensa de nuestro territorio a través de la unidad, el amor y la paz que tanto necesitamos y que sea siempre el principio de la vida".
La tarde concluyó con un acto simbólico, en donde los presentes se unieron en la siembra de 50 guayacanes los cuales representan la reconstrucción del territorio y el compromiso de una comunidad que teje memoria de paz y justicia.