Éver López Se desmovilizó en el 2012 y tras adelantar su proceso de reintegración con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) en el departamento del Huila, actualmente, le sonríe y agradece a la vida por cada oportunidad que le ha brindado. Gracias a la articulación institucional entre la Alcaldía de Gigante y la ARN, hoy cuenta con su casa
propia en el municipio de Gigante.
En una pequeña, aunque cómoda casa, hoy Éver López construye su hogar. La felicidad que irradian sus ojos no se debe solo a ser beneficiado por la alcaldía municipal de Gigante, que le entregó recientemente la que hoy es su vivienda, sino que allí continúa construyendo su sueño de contribuir a la legalidad junto a su familia.
Él fue uno de los dos excombatientes beneficiados con el proyecto de vivienda de interés social promovido por la alcaldía de Gigante y apoyado por la Gobernación del Huila, que vio en favorecer a la población en proceso de reintegración una oportunidad para compartir mensajes de reconciliación a la comunidad.
Así lo dio a conocer Rafael García, secretario general y de gobierno del municipio de Gigante, quien afirmó que: "Desde la administración municipal creemos que siempre hay una oportunidad para cambiar y ese es el mensaje que damos a la comunidad al entregar estos incentivos que, estamos convencidos, serán de gran ayuda en la construcción de la paz".
Por su parte, Eduardo Anibal Londoño, coordinador de la ARN en el Huila, manifestó la importancia de la articulación institucional para trabajar en pro de las familias en proceso de reintegración, a la vez que afirmó que "con beneplácito celebramos la suma de esfuerzos de la gobernación del Huila, la alcaldía de Gigante y la ARN, que hoy permiten cumplir los sueños de las familias giganteñas en condición de vulnerabilidad, entre estas, aquellas que hacen parte del proceso de reintegración".
Desde su casa, Éver tiene la posibilidad de trabajar junto a su esposa ofreciendo productos de la canasta familiar, en una sencilla y surtida tienda que les ayuda a sostenerse económicamente y así promover el futuro de sus hijos.
"La felicidad que siento es inmensa. La vida me está demostrando que sí se puede salir adelante, que se pueden superar los problemas y creer en la paz. Hoy, quienes estuvimos en la guerra, estamos trabajando como personas de bien y queremos lo mejor para nuestro país", comenta Éver, quien gracias al proceso de reintegración, es bachiller y cuenta con estudios técnicos en procesos ambientales.