Gratamente sorprendido, así dijo sentirse Néstor Popolizio, embajador de Perú en Colombia, frente a su experiencia con excombatientes que se reintegran a la sociedad, con quienes dialogó durante la visita que realizó a la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) en el Meta.
"Tengo la mejor impresión de este proyecto. Cuando uno ve lo que es un hogar de paz, que es el inicio para una persona que está desmovilizada y después lo que hace la ACR en un proceso que puede durar hasta seis años, implica que nosotros los países vecinos de la comunidad internacional veamos la manera de cooperar con este esfuerzo", afirmó.
Popolizio visitó un hogar de paz, en donde tuvo la oportunidad de escuchar las historias de personas desmovilizadas, un ejemplo de ello es Julio*, quien perteneció a un grupo al margen de la ley y hoy está feliz de poder compartir con su familia. "Allá no hay futuro. Solo hay peligro y no se duerme bien. Acá (en el hogar) empezamos como un árbol pequeño y la idea es crecer con buenos frutos", relató el excombatiente.
Mariela*, también desmovilizada, narró por qué, a sus 14 años, se enfiló en un grupo armado organizado al margen de la ley: "Cuando uno es niño no piensa en lo que hace ni las consecuencias. Además mi mamá me pegaba y me aburrió en la casa". Mariela también dijo que estando en la selva no hay futuro y que ahora quiere estudiar y aprovechar el tiempo para salir adelante.
El embajador Popolizio admiró el deseo y la motivación de los excombatientes por seguir capacitándose y estudiando. "Un caso que me pareció singularmente atractivo es de una persona que decía: 'una vez fui parte del problema, hoy soy parte de la solución'", aseveró.
Comparaciones
Popolizio comparó el tema de los desmovilizados en el país con el conflicto de minería ilegal que se ha generado en Perú en los últimos años y que, según él, conlleva a otros delitos mayores como la trata de personas, en especial menores de edad.
Aclaró que el grupo peruano al margen de la ley Sendero Luminoso ya cambió su tinte subversivo para ser más unos "escoltas" del narcotráfico, tema que han logrado combatir con éxito cambiando la ilegalidad de cultivos de marihuana por sembrados de cacao. "Nosotros no sufrimos el desplazamiento a gran escala, pero todos los embajadores que están en Bogotá tienen en la ACR un espacio de ver buenas experiencias que puedan ser replicadas en otras partes y en otros contextos", destacó.
El Embajador también tuvo la oportunidad de visitar un colegio que está siendo embellecido gracias al servicio social de 15 excombatientes, que trabajan en la adaptación de huertas y sembrado de alimentos como pimentón, cebolla, tomate, entre otros.
Para el embajador la labor que se hace desde la ACR es mucho más que reintegración y toca "muchas aristas como las sociales, el desarrollo personal, desarrollo económico y cómo el Estado colombiano está en un proceso que realmente está contribuyendo a un buen desarrollo y en un contexto que va a servir de ejemplo para lo que puede ser una escena del posconflicto", concluyó.
(*) Nombres cambiados a petición de la fuente.