El sol empieza a pintar el paisaje y asolear el ambiente en Puerto Salgar, municipio ubicado en en la región del Magdalena Medio al extremo noroccidente de Cundinamarca. Son las ocho y media de la mañana y allí está Lourdes del Pilar Gómez, profesional reintegradora de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). La brisa entra tímidamente por la ventana del carro que se dirige por la vía principal. Entre paisajes, construcciones y uno que otro habitante del lugar, Lourdes divisa el letrero Avellaneda’s, su destino.
Lourdes entra al lugar, saluda a Jesús Avellaneda una persona desmovilizada. Él con amabilidad la hace seguir, y empieza a apreciar con admiración y orgullo, que con voluntad es posible volver a empezar. Muebles Avellaneda’s es un negocio familiar que se ha venido posicionando con el paso de los años y que ha sido el pilar de la familia Avellaneda que “por medio de la unión y el apoyo han sorteado las dificultades del día a día, -pero- de la mano, hombro a hombro todo es posible”, afirma Jesús.
Comenzando las labores de rutina y con preguntas cerradas que obligan a un “sí” o un “no” por respuesta, las barreras se rompen un poco y la encuesta se convierte en una charla amena entre Jesús y Lourdes quien lo escucha con atención mientras cuenta sobre su negocio, “aquí trabajamos mi esposa y mi papá, -quien nos enseñó el oficio a mí y a mis hermanos. También les damos trabajo a dos muchachos desplazados que han aprendido y les gusta trabajar. Esto va a ser de mi hijo cuando crezca”.
Con un vaso de agua, Lourdes mengua la sed que produce el calor del municipio. Una vez culminada la visita domiciliaria y con los datos y registros protocolarios, Lourdes se dispone a regresar a La Dorada, su municipio de residencia. Jesús se ofrece a llevarla y comienzan el viaje de regreso.
El silencio se rompe con un timbre de celular, “salir al mundo es como caminar en medio de una guerra, pero a tu lado todo es más seguro, porque encuentro paz”, es la canción “día tras día” de Andrés Cepeda que identifica la llamada de la esposa de Jesús. Él no contesta porque prefiere no hablar por teléfono mientras conduce, pero aprovecha para expresarle a Lourdes lo importante que ha sido su esposa en este proyecto de vida “el apoyo de la pareja es fundamental en el negocio y en la vida, ella es la que lleva las cuentas y está pendiente de todo, Yo no sé qué haría sin ella” afirma Jesús con una sonrisa.
“Yo ya llevo diez años con esto, lo llevo en la sangre, y mi papá también., cuando me salí de la organización intenté montar el negocio solo, porque tenía unas máquinas, pero no me estaba dando, así que me fui a buscar como empleado, -en esa época daba más-. Estuve en Honda, Necoclí, Boyacá y Bogotá, pero me puse a pensar que teniendo las máquinas debía ponerlas a trabajar. Después de tocar algunas puertas terminamos en Puerto Salgar y ahí estamos, le trabajamos a empresas grandes, porque competimos con calidad” concluye Jesús mientras se estacionaba en el paradero a eso de las 11 de la mañana, Lourdes estaba sana y salva en La Dorada.
Después de un intercambio de palabras y algunas recomendaciones, Lourdes se aleja y de camino a la oficina reflexiona sobre la importancia de su trabajo y sobre lo que la enriquece entablar conversaciones fluidas con las personas desmovilizadas, conocer sus sueños y ver negocios como Muebles Avellaneda’s ejemplos claros de que querer es poder.