Cinco personas desmovilizadas de grupos armados que están en Proceso de Reintegración y reconstruyendo sus proyectos de vida en la legalidad, contribuyeron con su tiempo y trabajo a las labores de voluntariado que promueve la Primera Iglesia Bautista de Popayán, para beneficiar a la población vulnerable y en situación de calle.
Durante tres meses, cuatro mujeres y un hombre, que cambiaron los fusiles por una vida en familia, con tranquilidad y oportunidades, apoyaron dos de los programas que adelanta esta comunidad cristiana, ayudando en las labores de cocina, de aseo y de atención a las personas beneficiadas: ‘Dadles vosotros de comer’, que brinda desayuno a 200 personas, entre adultos mayores en condiciones de abandono, habitantes de la calle y personas en ejercicio de la prostitución y ‘Dejad que los niños vengan a mí’, que ofrece almuerzo a unos 100 niños y niñas que participan de la Escuela Bíblica Dominical.
“El Servicio Social es la muestra de que las personas en proceso de Reintegración están comprometidas con su papel en la sociedad, de beneficiar a la comunidad y de retornar a la legalidad”, aseguró Yaneth Rivera, coordinadora del punto de atención ACR Cauca.
Con un desayuno especial en la Iglesia Bautista, se reconoció la labor emprendida por estos cinco ciudadanos en Reintegración y se les certificó por haber cumplido sus 80 horas de Servicio Social. Entre ellos está Liliana*, una persona desvinculada del conflicto, que inició en el 2003 su Proceso de Reintegración. “Mi vida cambió totalmente. El Proceso de la ACR y el Servicio Social me hicieron dar cuenta que uno no debe ser más que los demás, uno debe estar siempre lleno de amor para las demás personas. El Servicio Social me hizo dar cuenta quién soy realmente y qué quiero en la vida”, dice.
El otro protagonista de este Servicio Social, es el pastor Cristóbal Rivera, director de la Primera Iglesia Bautista. Él, excombatiente del M-19 y hoy un trabajador incansable por el más necesitado, tiene claro que la mejor manera de ayudar a los demás es brindarles una nueva oportunidad, sin estigmatizar: “Si Dios me dio una oportunidad a mí, por qué no ayudamos a otros a que la tengan”.