El programa ‘Ángeles de corazón’ de la Fundación Social Ángeles, llegó hasta el pabellón de pediatría del hospital regional de la capital del Meta, donde se adelantó una jornada que buscaba entretener y hacer más ameno el paso de las niñas y niños internos en el hospital.
Inspirados en las acciones del médico norteamericano Hunter Doherty “Patch” Adams, el doctor de la risa terapia e inspirador de una película en su honor, voluntarios de la fundación, entre los que se destacan psicólogos, trabajadores sociales, músicos y personas desmovilizadas en Proceso de Reintegración con la ACR Meta, se convirtieron, toda una tarde, en la mejor compañía para los menores hospitalizados en el centro clínico.
Con musicoterapia, actividades lúdicas, entrega de regalos y una sesión de trabajo social con las familias de los niños, los voluntarios fueron los responsables de arrancar risas y hacer olvidar por un momento, lo difícil que puede ser padecer una enfermedad y estar internado en un hospital.
Según Viviana Sanabria, trabajadora social y directora de la Fundación, es necesario tener mucho tacto para llegar a los niños hospitalizados, pues para ellos no es fácil entender por qué están en esas circunstancias y no en casa jugando con sus amigos y familiares. “La risa, la música, tener la mente en algo opuesto al contexto de la hospitalización, hace que los niños cambien su actitud y con ella la de sus familias”, aseguró la joven profesional.
Las cinco personas en Reintegración que participaron se integraron rápidamente al grupo de voluntarios que llegó desde la ciudad de Bogotá y se pusieron a tono para sacar adelante esta labor por los niños internos. “Los participantes se integraron muy bien, no hubo diferencia entre si era desmovilizado o no, todos fuimos un solo equipo. Ellos hicieron empatía y se identificaron con la causa por los niños y todos quedamos muy contentos con el resultado”, dijo la directora de la fundación, al referirse a las personas desmovilizadas.
Para Nidia Ruth, una mujer desmovilizada que es estudiante de enfermería y quien lleva muy avanzada su ruta de reintegración, participar en este tipo de acciones humanitarias es un bello gesto y más cuando se trata de niños. “Me gustan estas acciones por las personas más necesitadas, me gusta aportar con lo que está a mi alcance y también lo hago porque puedo practicar lo que estudio”, aseguró la joven.
Al final de la jornada hubo entrega de regalos y se abrió la posibilidad de convertir este tipo de acciones en algo más institucional y repetir la experiencia. La próxima cita quedo establecida para los días de Navidad.