- El Modelo de Formación para la Reintegración entrega a las personas desmovilizadas, sus familias y comunidad, acceso a la educación en ciclos II, III y IV, y un componente de formación para el trabajo.
- Este modelo es destacado por el Ministerio de Educación por contribuir a la educación especializada para adultos y aseguran que se puede replicar con otra población.
Permitir que 1.400 personas, entre ex combatientes en proceso de reintegración, sus familias y comunidad de zonas vulnerables, accedan a educación de calidad es el objetivo de la segunda fase del Modelo de Formación para la Reintegración, que llegará a 23 municipios de nueve zonas del país.
El Modelo de Formación para la Reintegración es una solución para aquellas personas que, por haber estado en la guerra, no asistieron a las aulas de clase y ahora son adultos que no han finalizado sus estudios. En esta tarea trabajan de la mano la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), el Ministerio de Educación, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y la Fundación Alberto Merani.
María Elvira Laverde, del Grupo de Articulación Regional de la ACR, explica que este modelo permite que los adultos accedan a clases de matemáticas, lenguaje, ciencias sociales y ciencias naturales. “Pero además también se forman en competencias ciudadanas y obtienen apoyo para que formulen un proyecto de vida, el cual será potencializado con ayuda del Sena”, agrega la funcionaria.
Las zonas en donde se desarrollará esta segunda fase, que se extenderá hasta diciembre de este año, son: Magdalena, Urabá Norte, Antioquia, Sur del Magdalena, Aguachica (Cesar), Valledupar (Cesar), Tolima, Santander y Cauca.
Para Jesús Naspirán, coordinador de atención de población vulnerable del Ministerio de Educación, esta es una oportunidad para ofrecer una alternativa pedagógica flexible. “Esto permite que estas poblaciones tengan la posibilidad de desarrollar competencias y reorientar sus proyectos de vida”, indica.
Las personas que realicen esta formación cursarán de cuarto de primaria a noveno de bachillerato, y accederán a una carrera técnica o tecnológica en el Sena; el campo en que se centra esta formación será el agropecuario y rural. “Queremos dejar capacidad instalada, capacitar a los docentes y dejar que las regiones mismas apropien el modelo”, explica Alejandro Baquero, director del proyecto.
Formación para el trabajo
El gran aporte en materia de formación para el trabajo está en cabeza del Sena, por ello, esta Entidad ayuda con la flexibilización de los requisitos de ingreso para los programas de formación titulados. “Mientras un adulto en proceso de reintegración, que necesita generar ingresos, va nivelando sus competencias escolares por ciclos, el Sena va llegando con formación para el trabajo escalonada, lo que es una cadena de formación para adultos, no para un aprendiz regular”, afirma Adriana Marín, asesora de inclusión social del Sena.
Adicionalmente, toda la formación está enfocada en el proyecto de vida del nuevo alumno. “La ventaja de este modelo es que la persona no cumple los requisitos de educación por cumplir, sino que todo va anclado a lo que va a hacer en términos productivos. De esta manera, la persona está aprendiendo a sumar, para saber cómo llevar sus cuentas más adelante en su negocio”, explica Marín.
¿Qué pasó en la primera fase?
La primera fase del Modelo de Formación para la Reintegración se desarrolló en el 2014. 1.400 personas cursaron su formación académica en ciclos I, II y III en 10 regiones de Colombia. Ellos estuvieron acompañados por tutores regionales, que les entregaron las herramientas especializadas para superar su condición y llegar a ser bachilleres certificados.
La primera fase comprendió la formación para estas 1.400 personas entre ex combatientes de grupos armados ilegales que están en proceso de reintegración con la Agencia Colombiana para la Reintegración y comunidad vulnerable.