Martín* fue reclutado desde sus 9 años de edad a la guerrilla de las FARC. Se fue con apenas cuarto de primaria, con una infancia interrumpida y con largas travesías que le esperaban recorrer, sobre la geografía colombiana. Siete años después, logró huir de las filas y desvincularse del conflicto armado para recuperar lo que el tiempo se devoró en la selva. Hoy, cuenta con trabajo formal, está el último semestre universitario y da testimonio de su exitoso proceso de reintegración.
María* pensó que al ingresar a un grupo paramilitar, podía revivir a su hijo, a quien una noche la guerrilla le apagó la vida. Duró casi diez años recorriendo el Putumayo y ejerciendo labores de enfermería. Hoy, luego de la desmovilización y de cumplir satisfactoriamente su proceso de reintegración a la vida civil, ya es una enfermera certificada y ejerce su profesión en la legalidad. Tiene su propio negocio de tratamientos, belleza y estética. Ya no guarda odio en su corazón.
Martín y María se acompañan hoy en el mismo lugar de trabajo. Ambos son promotores de reintegración de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), en el Vale del Cauca. La labor que juntos desempeñan: guiar a otros ciudadanos desmovilizados, que inician su ruta de reintegración, para que lo hagan con dedicación. Sus historias, aunque diferentes, dan cuenta de la misma realidad del conflicto armado colombiano.
Los dos compartieron sus relatos de vida, de reconciliación y de esperanza, ante un grupo de tripulaciones de diferentes aeronaves de combate, inteligencia y transporte de la Fuerza Aérea Colombiana. Se trata de un espacio que se cumplió en la Base Militar Marco Fidel Suárez, en el que participaron oficiales y suboficiales orgánicos del Comando Aéreo de Combate No. 7 y la Escuela de Aviación. Allí, la coordinadora regional de la ACR, Rocío Gutiérrez, socializó los avances y desafíos de la política de reintegración colombiana y su impacto en el Valle del Cauca.
"A muchos nos tocó crecer viendo el conflicto armado, por eso en estos espacios les decimos que no sólo con palabras, sino con hechos, estamos demostrando que somos colombianos normales, con sueños, metas y anhelos de paz", expresaron estos ciudadanos reintegrados, ante el auditorio.
El teniente coronel Rolf Bissinger Nishikuni, jefe de acción integral Comando Aéreo de Combate No. 7 destacó estos espacios de socialización y sensibilización. "Nos dimos cuenta que se está haciendo un compromiso muy importante para reintegrar estas personas y devolverlas a la sociedad. Lo importante para trabajar articuladamente es conocer los resultados positivos de la reintegración y tener un acercamiento mayor. Para la sociedad civil en general lo importante es aceptar a las personas reintegradas y a nosotros, las fuerzas militares, entender que ellos no estuvieron en grupos delincuenciales porque quisieron, sino porque las circunstancias de la vida los obligaron", destacó.
(*) Nombres cambiados a petición de las fuentes.