'Re Cree Arte' es una nueva iniciativa que se lleva a cabo con un grupo de excombatientes en proceso de reintegración del departamento del Magdalena, que busca, por medio del arte, re significar creencias y aspectos de su vida. En esta primera sesión se trabajó sobre la etapa de la niñez.
"Entenderse a si mismo para entender al otro ha sido la fórmula del arte que mas allá de buscar el análisis de identidad, ha tratado de hacer duradero el puente que nos une desde nuestras individualidades. No hay nada nuevo bajo el sol y, sin embargo, cada encuentro con el arte es un descubrimiento de la novedad que el otro impregna en toda obra realizada. Lo aprehendemos para aprender algo de nosotros mismos", dice María Mercedes de la Nieve Acosta, profesional reintegradora de la ACR Magdalena.
Durante la primera sesión, los participantes lograron re significar su niñez y así transformar aspectos de su vida presente. "Mi niñez la pasé cargando un fusil, y hoy yo me la imaginé con todo ese toque mágico que le hizo falta", dijo Danilo*, ex combatiente.
Rememorando tiempos pasados
La actividad comenzó con un ejercicio de volver a recordar aquellos tiempos lejanos de la niñez. Con los ojos cerrados cada uno volvió a esa época y luego transmitió sus pensamientos mediante un dibujo de sí mismo en su niñez. Posteriormente vino la etapa del perdón, en parejas, y uno frente al otro, los excombatientes imaginaron que la persona que estaba en frente era aquel que tanto daño les había causado y se dieron la oportunidad de perdonarlo. "Yo hoy perdoné a mi mamá por todas las veces que nos maltrató, y por aquella niñez sin oportunidades", dijo Luis Antonio Cárdenas, excombatiente en reintegración.
Tiempo de música
Como si fueran niños, cada uno de los participantes del taller creó su propio instrumento musical de percusión a partir de materiales reciclados. Galones de agua decorados con colores se convirtieron en tamboras, y latas de gaseosa llenas de granitos de arroz en maracas.
Al tocar los instrumentos liberaron sus tensiones, trabajaron juntos y coordinados como si fueran una orquesta, rieron, bailaron y disfrutaron de ese momento en el que simplemente fueron ellos mismos, sin preocupaciones, sin pensar en el qué dirán y, sobre todo, sin cargar con ese pasado de guerra.
Al final se dieron cuenta que ellos también podían hacer música, y que el arte es una excelente manera de re inventarse, de recrearse, de relajarse y de volver a creer en sí mismos, tal y como cuando eran niños.