Este empresario oriundo de Popayán estuvo vinculado a las Farc años atrás, y hoy, es un ejemplo de emprendimiento y fortaleza.
Jimmy Carter, quien es constantemente molestado por la similitud de su nombre con el expresidente de los Estados Unidos, es igualmente elogiado por compañeros y profesionales del punto de atención de la ACR en Cauca por su persistente esfuerzo y carácter para salir adelante.
Desde muy pequeño sufrió por la falta de oportunidades, su padre murió cuando él tenía tan solo 7 años y su madre hizo todo lo posible por sacarlos adelante a él y sus seis hermanos. "Desafortunadamente y debido a tantas dificultades económicas es que decido ingresar al grupo armado desde muy joven", afirma Jimmy.
Su familia es el eje central de su vida y tras 10 años de pertenecer al grupo armado, estar separado de su familia y la enfermedad de su madre, lo motivaron a salir. "Cada vez se hacía más difícil tener contacto con mi familia, mi madre sufría mucho al saber que yo estaba en el monte y que no podía comunicarme por periodos largos de tiempo", cuenta.
El momento más gratificante de todos estos cambios ha sido poder reencontrarse con su familia, pues asegura que a pesar de todo el tiempo que estuvo fuera, cuando se reencontró con ellos fue como si no hubiera pasado el tiempo.
Aunque su experiencia en la guerrilla no fue nada fácil, siente que su tiempo allá le permitió convertirse en un hombre fuerte y con cualidades para enfrentar la vida en la ciudad y salir adelante a pesar de las dificultades.
Jimmy agradece todo el apoyo que le brindó la Agencia para poder enfocar sus metas y conseguir sus objetivos. "Gracias a la formación y oportunidades que me brindó la ACR he aprendido a ser más organizado y aplicar todos mis conocimientos en mi negocio", asegura Jimmy.
Inicia el camino del emprendimiento
En el comienzo de su ruta laboral, Jimmy empezó a trabajar como taxista, pero debido a la inestabilidad e informalidad del trabajo se atrevió a incursionar en el mundo de la panadería y poco a poco fue ascendiendo. "Nunca me imaginé ser panadero, pero la incertidumbre de mi anterior empleo, me impulsó a probar otras alternativas laborales. Comencé con un amigo que me ofreció la oportunidad de trabajar en su negocio, seis meses después ya sabía cómo era la preparación del pan y el manejo de una panadería, así que me arriesgue a montar mi propio negocio".
Actualmente Jimmy tiene una panadería ubicada en una zona céntrica de la ciudad de Popayán y junto a su esposa y hermana llevan las riendas del negocio que poco a poco ha ido ganando prestigio y clientela que llegan sin falta por su delicioso producto.
"Yo en mi vida siempre he pensado que lo que lo uno hace con amor y por las razones indicadas, sale bien. Yo solo espero trabajar muy duro para brindarles a mis hijas la mejor calidad de vida posible y aportar día a día por dejarles un mejor país", afirma Jimmy.
Hoy su gran motivo para continuar y salir adelante son sus dos pequeñas hijas, que espera ver crecer en un país sin rencores y con mejores oportunidades para todos aquellos que buscan en la legalidad una alternativa de vida.