- La Agencia para la
Reincorporación y la Normalización (ARN), en Urabá atiende a 597 personas en
proceso de reincorporación, de ellas 164 son mujeres que a nivel nacional
desarrollan procesos comunitarios con enfoque de género para fomentar la
participación activa de las mujeres en el territorio.
*Mariana Hernández*, (nombre cambiado
para proteger su identidad), es una excombatiente de Antioquia que ha afianzado
su rol de mujer ocupando espacios destacados: desde el 2018 es presidenta y
tesorera de la cooperativa Multiactiva Agropecuaria el Progreso (Agroprogreso),
miembro del Comité de Mujer y Género y de la iniciativa productiva ‘Hilos de
Paz’.
Como *Mariana*, en Urabá son 164 las
mujeres que adelantan su proceso de reincorporación, donde uno de los
objetivos, es como el logrado por ella, que logró terminar su bachillerato, se
ha capacitado a través del convenio de la Agencia para la Reincorporación y la
Normalización (ARN) y el Sena y ha sido una motivación para las demás mujeres
excombatientes con quienes adelanta su retorno a la legalidad de manera
colectiva.
“Somos capaces de salir adelante; uno les
hace ver las cosas, que nosotras no nos podemos discriminar nosotras mismas,
podemos tomar decisiones y salir adelante”, resalta Mariana.
Ser presidenta de una cooperativa es un
rol que disfruta ejercer, por eso domina los temas del cooperativismo y destaca
que tiene unas obligaciones, unos derechos y deberes por cumplir. De lunes a
viernes, a partir de las 8 de la mañana, esta mujer, desde su oficina adelanta
y lleva la contabilidad de las diferentes iniciativas productivas que lideran
en su entorno; entre ellos, el de gallinas ponedoras, ‘Hilos de Paz’, y
turismo.
Desde su inicio en el proceso, ha
aprovechado cada oportunidad para capacitarse y relacionarse con las diferentes
instituciones que llegan al territorio. Destaca que “a uno no lo impide estar
embarazada, tener el esposo, tener mis animales, mi casa y que no pueda
capacitarme y tomar decisiones; con mis propios conocimientos puedo decir que
pasé por eso y nunca me quedó grande”, relató.
Con la asignación mensual, beneficio
económico que entrega el Gobierno Nacional, esta mujer logró consolidar un
galpón de gallinas, un cultivo de plátano, 300 palos de yuca y un lote en otro
espacio colectivo, como un sustento más para aprovechar.
Además, a ella la reincorporación le
permitió vivir su papel de mamá y por eso planeó tener a una niña, la cual al
día de hoy tiene dos años. Reconoce que la libertad y el proceso la cambió: “como
estamos en la legalidad tenemos derecho a estar por toda parte; para mí ha sido
un triunfo, es duro estar sin saber de la familia, tengo un hijo de 16 años que
lo veía cada año o seis meses, cuando lo tuve lo entregué de un mes de nacido”,
contó la excombatiente.
Datos de
interés
De las seis cooperativas acompañadas
por el grupo territorial Urabá, en dos de ellas, las presidentas son mujeres.
En Dabeiba, Mutatá, San José
de Apartadó y Caracolí las mujeres integran cinco comités de mujer y género en
el que promueven sus derechos y se capacitan.