- En San Jacinto (Bolívar), apartadas de los estereotipos
de los oficios, y lejos de las agujas e hilos con las que crecieron sus
abuelas, ocho madres en proceso de reincorporación han transformado sus vidas a
través de sus propios proyectos individuales de ganadería. Así lo demuestra
Yolanda, madre de una niña de 5 años, y quien cuenta su historia de
reconciliación avanzando hacia la Paz con Legalidad, a propósito de la
celebración del Día de la Madre.
En
San En San Jacinto (Bolívar), territorio de los Montes de María donde se dice
que las madres enseñan a sus hijas desde pequeñas el oficio de la costura para
tejer sus representativas hamacas llenas de bordados coloridos, el proceso de
reincorporación ha dado un vuelco significativo entre quienes decidieron
reescribir su propia historia y asumir otra forma de vivir en la legalidad.
Rodeadas
del imponente verdor del cerro Maco, apartadas de los estereotipos de género
por los que tradicionalmente se han asociado ciertos oficios exclusivamente con
los hombres, y lejos de las agujas e hilos con las que crecieron sus abuelas, ocho madres en proceso de reincorporación de
San Jacinto han transformado sus vidas a través de sus propios proyectos
individuales de ganadería.
Con
el propósito de apostarles a las segundas oportunidades, ahora desde la
legalidad y con el acompañamiento de la Agencia para la Reincorporación y la
Normalización (ARN), en este Mes de las Madres relatan con voz propia cómo sus
manos cambiaron la delicadeza de los bordados por el férreo trabajo de campo y
los animales. Dicen sentirse orgullosas, en un proceso de crecimiento y
aprendizaje constante, tal y como lo cuenta Yolanda*, quien recibió el
desembolso de su proyecto productivo en octubre pasado.
“Lo
mío viene de la sangre campesina. Mi papá estaba muy relacionado con la parte
veterinaria. Nosotros nacimos en el campo y toda la vida me gustó. Ha sido una
experiencia muy bonita. A pesar de que yo tengo una discapacidad, que es un
problema en una pierna, no se me ha hecho difícil. Es algo que disfruto mucho,
ahora que vivo tranquila, en mi proceso de reincorporación”, sostiene Yolanda, de 40 años, y madre
de una niña de 5 años.
Ahora,
sin temores y sin tener que esconderse, Yolanda disfruta a plenitud de su
maternidad. Recoge los frutos de haber creído en la reconciliación y poder
concebir a su hija, desde la legalidad, mientras el país daba un vuelco
histórico para dejar en el pasado sus días de violencia. “Ser madre, sin duda, transformó
mi vida. Es un hermoso regalo y disfruto todos los días. Años atrás, creo que quizá nos parecía
imposible o muy difícil”, afirma.
Actualmente, en
medio de su rol materno, también distribuye su tiempo entre su proyecto
productivo. Tiene cinco cabezas de ganado. Una de ellas parió hace dos meses, y
se ha encargado de todo el proceso de su cuidado. Asegura que se le mide casi a
todo -desde las 5:00 de la mañana cuando se levanta- entre el cambio de
alimentos, arreglo de corrales y demás quehaceres agropecuarios.
Sin
embargo, dice entre risas, que lo único que le cede a su esposo es la labor de
ordeñar las vacas. “Hago de todo, menos eso. Ahí sí le pido ayuda. Pero lo importante es
que en este tiempo he aprendido todo lo de mi negocio: la leche que se produce
a diario, horarios de trabajo y, principalmente, el proceso de producción de
queso”, resalta.
Yolanda,
además del tiempo que divide entre su trabajo y los espacios para compartir con
su hija de 5 años, también se encuentra culminando su proceso de formación
académica de bachillerato, con acompañamiento de la ARN. Asegura que tiene
muchos sueños por alcanzar y trabaja por ello a diario. “Como mujer y madre he aprendido
que, si nos lo proponemos, no debemos depender de otra persona económicamente.
Podemos trabajar y conseguir eso que queremos. Así también, desde la legalidad,
hacemos un gran aporte al país”, concluye.
De
esta misma forma, con grandes avances, también se desarrollan los demás
proyectos individuales de ganadería liderados por las otras siete madres
sanjacinteras en proceso de reincorporación.
Por
su parte, María Vitola González, coordinadora de la ARN en Sucre, Bolívar y
Córdoba, destaca la gran importancia del componente de género dentro del
proceso de reincorporación y poder constatar cómo, en una fecha como la del Día
de las Madres, sean sus testimonios la mejor muestra de reconciliación. “Sin
duda alguna, en medio de este proceso permanente que significa la
implementación de la política de ‘Paz con Legalidad’, es un gran aliciente que
el componente de género sea una realidad y que las mujeres en reincorporación
puedan ver materializados sus proyectos”, concluyó Vitola.
*Nombre cambiado por
petición de la persona en reincorporación.
Datos de interés
En Sucre, Bolívar y Córdoba, en el Caribe colombiano, un total de 35 mujeres
rompen estereotipos de género con la implementación de exitosos proyectos individuales
de ganadería. En Sucre, se encuentran 16 de ellas; 18 en Bolívar y una en
Córdoba.