- En Santander, 73 mujeres
hacen parte de la población atendida por la Agencia para la Reincorporación y
la Normalización (ARN), 23 en proceso de
reintegración, 8 en reintegración especial y 42 en reincorporación.
Dos mujeres excombatientes
que adelantan los procesos de reintegración y reintegración especial, con el
Grupo Territorial Santander de la ARN, se han convertido en ejemplo de cambio
para los jóvenes, gracias a los testimonios de vida que han plasmado en libros
y a las actividades de concientización sobre las consecuencias del conflicto
que realizan con estudiantes de colegios.
Alejandra* es una de
ellas; estuvo cuatro años haciendo parte de las filas de un grupo guerrillero,
y en el año 2015 decidió ponerle fin a sus días en la guerra e iniciar un
proyecto de vida en la legalidad, acompañada de los profesionales de la ARN.
“En el proceso pude
alcanzar mi bachillerato y una tecnología, adaptarme a la vida civil y formar
mi propia familia”, expresa sobre los logros
de los últimos años.
Pero Alejandra* quiso ir
más allá y trascender con su experiencia en la vida de las nuevas generaciones.
Ya escribió los manuscritos de un libro que denominó 'Resurgir' y el cual
espera publicar con el apoyo de una editorial. “Básicamente son experiencias
en mi vida y anécdotas a la largo de mis 26 años, las cuales le servirán al
lector como un ejemplo de vida”, agrega.
Y su ejemplo de cambio de
proyecto de vida, lo testimonia constantemente en encuentros con jóvenes y
participando en iniciativas comunitarias de la ARN en esta región del país,
porque “quiero ser un ejemplo para los jóvenes vulnerables con lo que he
alcanzado con mi capacitación y esfuerzo”, puntualizó.
En el mismo sentido
Mireya*, una mujer que hizo parte del conflicto armado en Barrancabermeja,
Santander, con las autodefensas, hoy quiere cambiar el concepto “erróneo
que muchos jóvenes tienen sobre la vida”. Ella, asegura que la “rebeldía,
el querer pasar por encima de las personas, no aprovechar el estudio y los
sentimientos de venganza” fueron acciones que la llevaron a las armas,
y hoy con sus charlas en instituciones educativas, no quiere que se repitan en
las estudiantes.
Ahora, con formación
tecnológica en enfermería y administración, ha logrado consolidar un proyecto
de vida familiar y productivo. Sus aprendizajes también los llevó a un libro,
en el cual narra su historia en el grupo armado ilegal y su posterior paso a
una vida de “perdón y reconciliación”, añadió Mireya*.
Hoy le deja una reflexión
a las mujeres que se mantienen en grupos delincuenciales: “Es la peor
equivocación que podemos cometer, nos estamos privando de la libertad, de
escoger hacia dónde queremos ir, de proyectarnos y adquirir conocimientos,
porque nosotras somos mujeres que nacimos para dar vida y no para quitarla”.
Datos nacionales de
interés:
10.592 mujeres
excombatientes han ingresado, en los últimos 18 años a los procesos de
reintegración, reintegración especial y reincorporación que lidera la Agencia
para la Reincorporación y la Normalización (ARN).
4.328 mujeres
excombatientes realizan, actualmente, sus procesos de reintegración y
reincorporación con la ARN, así: 3.272 en proceso de reincorporación, 1.028 en
proceso de reintegración regular y 28 en proceso de reintegración especial de
Justicia y Paz.
De las 3.272 mujeres en
proceso de reincorporación, 799 residen en los 24 antiguos ETCR (Espacios
Territoriales de Capacitación y Reincorporación).
521 mujeres del proceso
de reincorporación se autorreconocen como parte de un grupo étnico y 166 de las
mujeres en reincorporación manifiestan tener alguna discapacidad física.
#SoyMujerSomosCambio es
el nombre de la estrategia construida en los territorios, con la participación
de más de 80 mujeres excombatientes y habitantes de las comunidades cercanas a
donde se adelanta el proceso de reincorporación. Sus historias fueron narradas
para reconocer sus derechos y visibilizar sus realidades, sueños, decisiones y
convicciones, en toda su diversidad.
*Se cambió el nombre de
las excombatientes para proteger su identidad.