Durante el conversatorio ‘Un café por la paz’, espacio promovido por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), se expuso ante la comunidad internacional apuestas productivas de firmantes del Acuerdo de Paz que han encontrado en la producción y venta de café una vía para la reconciliación, la sostenibilidad y la reconstrucción del tejido social en los territorios.
El conversatorio, que se desarrolló en la Casa del Huila, contó con la participación de representantes de las embajadas de Suiza, Brasil y Noruega, así como con actores del sector cafetero, quienes conocieron de primera mano la calidad del grano producido por firmantes de paz y el compromiso detrás de cada taza.
Este espacio buscó estrechar lazos para avanzar hacia posibles exportaciones de café producido por población en reincorporación a distintos lugares del mundo, así como concretar alianzas con la cooperación internacional para abrir mercados, fortalecer redes comerciales y potenciar la economía de la paz.
Durante el encuentro, se destacó la experiencia de la Federación Mesa Nacional del Café (Femncafé), una iniciativa liderada por firmantes de paz que cultivan café de alta calidad como símbolo de compromiso con la paz y la democracia.
“El café ha sido un motor económico, de igualdad y de reconciliación para nosotros como firmantes de paz. A pesar de las dificultades, las familias siguen en los territorios produciendo futuro y sacando adelante a sus comunidades”, dijo John Smith Rincón, firmante de paz.
También se enfatizó en la necesidad de abrirles caminos hacia la exportación para que puedan seguir avanzando en sus procesos de reincorporación económica, social y comunitaria.
“Queremos darles la seguridad de que los firmantes del Acuerdo de Paz estamos en la capacidad de cumplir con los estándares de calidad que exigen los mercados internacionales. Desde ahí le estamos apostando a la paz: incentivando al caficultor y fortaleciendo la economía local”, agregó Smith.
Alejandra Coll, representante del equipo de Corresponsabilidad de la ARN, afirmó que actualmente el 13% de los firmantes de paz produce café y que esta actividad “les ha servido para aferrarse a la vida civil y mantenerse atados a la democracia”. Agregó que “no se trata solo de reincorporación económica, sino de reconstrucción del tejido social, pues las y los firmantes están generando empleo, liderando proyectos productivos y transformando sus territorios”.
Por último, agregó: “Queremos que el mundo vea a las y los firmantes como agentes de cambio, de transformación, con conocimientos, capacidades y propuestas que impactan positivamente a las comunidades. Estamos aquí para apoyar estos procesos”.